oda nuestra jornada se desenvuelve al compás del ora et labora ―«reza y trabaja»―, sin que tampoco falten momentos para cultivar la vida fraterna en comunidad ni el necesario tiempo libre.

A nivel comunitario, nos reunimos para orar siete veces al día, celebrando la Eucaristía y la Liturgia de las Horas, el Oficio Divino, que jalona la jornada desde la madrugada hasta la noche. También dedicamos otro espacio de tiempo importante a la lectio divina (lectura orante de la Palabra de Dios) y a la oración personal. Intercalándose con la oración, se distribuyen los tiempos de trabajo. Mediante el trabajo ―intelectual o manual― el monje desarrolla sus capacidades humanas, las consagra a Dios, sirve a sus hermanos y colabora al mantenimiento de la casa.

Horario

6.00 h - Vigilias (o Maitines)

Los monjes se levantan antes de la aurora para velar en oración. Este oficio expresa y estimula la actitud de espera al Señor que volverá, y por eso tiene el carácter de una alabanza nocturna. En este oficio se alternan el rezo de salmos y la proclamación de lecturas tomadas de la Sagrada Escritura y de los Padres de la Iglesia. Su duración aproximada es de 45 minutos; los domingos y días de fiesta se prolonga hasta una hora. Finalizadas las Vigilias los monjes disponen de unos tres cuartos de hora para la lectio divina o la oración personal.