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Homenaje a los Reyes y Reinas de Navarra
DÍA: 27 de junio de 2021
LUGAR: MONASTERIO DE LEYRE
Cada año tiene lugar en el Monasterio de Leyre un solemne Homenaje a todos los antiguos Reyes y Reinas de Navarra. A lo largo de los años este Homenaje, conservando su contenido esencial, se ha ido celebrando con distintos formatos según las circunstancias y la diversa sensibilidad de los Gobiernos que se han ido sucediendo en Navarra. Pero las Instituciones Forales de Navarra, la Comunidad de Monjes de Leyre y el pueblo navarro han sabido mantener fielmente este singular reconocimiento a quienes forjaron este conjunto humano y territorial que es nuestra Navarra, que pervive con personalidad propia después de doce siglos de existencia.
En próximas fechas tendrá lugar en el monasterio de Leyre una nueva edición del citado homenaje anual que integrará diversos actos conmemorativos. La jornada se iniciará a las 11h30 con la tradicional Misa en sufragio de los antiguos monarcas, que será celebrada por el P. Abad y los Monjes Benedictinos del propio Monasterio. Seguidamente, a las 12h30, tendrá lugar el Acto Institucional de Homenaje ante el Panteón Real de Leyre, que contará con la asistencia de las autoridades de la Comunidad Foral.
La incipiente monarquía navarra (Reino de Pamplona) va gestándose a la par que Leyre recorre los primeros tramos de su existencia. Incluso parece más probable que el monasterio haya surgido antes que la propia monarquía. Lo cierto es que las relaciones entre ambas instituciones se irán consolidando hasta el punto de que Leyre será considerado como el monasterio propio de la estirpe soberana. A su vez, los Reyes irán dispensando al monasterio tan cuantiosas donaciones que Leyre llegará a convertirse en un verdadero señorío monástico, que les sirvió de apoyo espiritual y referente para el pensamiento y el saber, les dotó de herramientas para el gobierno y sustentó la memoria cultural y política del reino.
El orador Vázquez de Mella, en un discurso que pronunció el 8 de julio de 1915 con ocasión del solemne retorno de los Restos de los antiguos Reyes de Navarra al monasterio, recoge el sentir tradicional hacia Leyre: «Se dice que este monasterio de Leyre es el Escorial del Reino; pero es más que el Escorial, porque no sólo fue monasterio y convento, sino el asiento de la realeza Navarra. Era sede episcopal y alcázar regio, sala de Cortes y Concilios, faro luminoso de la cultura patria». Años después, recién restaurada la vida monástica en Leyre, al serle restituido su antiguo título abacial al monasterio en 1962, el entonces Presidente de la Diputación Foral de Navarra, Sr. Gortari, abundó en los mismos sentimientos cuando afirmó: «Leyre es la reliquia mayor de Navarra. Tal vez no existiría Navarra sí no existiese Leyre. En sus viejas piedras está la razón del Reino Pirenaico, que nació precisamente en estas sierras y en estas tierras».
Estrechamente vinculado a los orígenes de Navarra y a sus primeros Reyes, una de las funciones que el monasterio de Leyre ha desempeñado desde más antiguo ha sido la de Panteón Real. Actualmente el Panteón real legerense se ubica en un arcosolio del centro de la nave de la iglesia abacial. Preside el conjunto un sugerente Cristo Rey de hierro y bronce, orlado por las simbólicas cadenas de Navarra. Los Restos de los Primeros Reyes de Navarra descansan en un sobrio arcón neogótico de roble, con cubierta a doble vertiente, ennoblecido con herrajes. A sus pies, en una placa de bronce, se listan los nombres de los monarcas sepultados según la tradición documental del monasterio:
«AQUÍ DESCANSAN LOS RESTOS MORTALES DE LOS PRIMEROS REYES DE NAVAN SANCHO GARCÉS (804-824), JIMENO ÍÑIGUEZ (824-836), ÍÑIGO ARISTA (836-852) GARCÍA II IÑIGUEZ (860-882), FORTUÑO GARCÉS EL MONJE (882-905), SANCHO GARCÉS 1 (905-926), GARCÍA SÁNCHEZ III (926-970), SANCHO GARCÍA II ABARCA (97 994), RAMIRO XIII ( -991) Y GARCÍA SÁNCHEZ IV EL TRÉMULO (994-999). ASÍ COMO LOS DE LOS PRÍNCIPES ANDRÉS Y MARTÍN FEBO Y LOS DE SIETE REINAS, SEGÚN CON EN EL “LIBRO DE LA REGLA” DEL SIGLO XIII Y EN LAS “TABLAS DE LEYRE” DEL SIGLO X1 POR DESEO PROPIO ENTERRADOS EN ESTE MONASTERIO DE SAN SALVADOR DE LEY CUNA DEL REINO DE NAVARRA, Y SUS RESTOS PERMANECEN EN ESTE ARCA DESDE EL 8 JULIO DE 1915».
En cuanto a las reinas, el Libro de la Regla del Monasterio señala que fueron siete las aquí sepultadas y cita los nombres: JIMENA, MUNIA, ONECA, URRACA, ESTEFANÍA Y PLACENCIA. A la reina Oneca se debería la traslación a Leyre de los cuerpos de las Stas. Vírgenes y Mártires Nunilo y Alodia.
Cierra el Panteón Real una elegante reja de hierro forjado de estilo gótico tardío (s.XVI), procedente del Romanzado
¿Qué dicen los historiadores contemporáneos de este listado de Reyes y Reinas enterrados en el monasterio que nos ha legado la tradición legerense? Historiadores tan insignes como José Mª Lacarra, Luis Javier Fortún y Eloísa Ramírez sostienen que hay datos fidedignos para defender la historicidad del enterramiento en Leyre de varios de los reyes que figuran en la citada lista. Es el caso, de Fortún Garcés, que en el año 905 renunció a la corona para ingresar en Leyre como monje. También fue enterrado en Leyre, su padre y predecesor García Íñiguez y, al parecer, también su abuelo el rey Íñigo Arista. En cambio no resulta verosímil que lo fueran Sancho Garcés I (905-925) y su hijo García Sánchez I (925-970). En cambio sí que es probablemente sus sucesores Sancho Garcés II y García Sánchez II fueran sepultados en Leyre. También lo fue Ramiro Garcés, orlado con el título de Rex como todos los hijos de reyes en la monarquía pamplonesa. José Mª Lacarra sostiene que fue sería inhumado en Leyre Sancho el de Peñalén tras su asesinato en 1076 (este rey asistió en Leyre a la primera consagración de la cripta e iglesia en 1057). Posteriormente, a punto de desaparecer Navarra como reino independiente, fue enterrado con toda certeza el príncipe Andrés Febo (+1503), primer hijo varón y por tanto heredero de Juan III de Albret y Catalina de Foix; y muy probablemente también le acompañó otro hermano suyo, Martín, fallecido en 1506.
Parece también que, con independencia del lugar de sepultura, los monarcas serían recibidos en sociedad espiritual por la comunidad de Leyre en los siglos IX y X. Este hecho permite suponer que también otros miembros de la familia real fueron inhumados en Leyre.
De entre los reyes especialmente vinculados al monasterio destaca Sancho el Mayor (1004-1035) que llevó a Leyre y al reino de Pamplona a su mayor apogeo.